jueves, 11 de abril de 2013
libertad creativa a la máxima potencia
Para escribir una buena historia tienes que olvidarte de todas las cosas que, normalmente, no hace falta decir. Y, cuando digo "olvidarte", me refiero a que debes rechazarlas, y no asumirlas sólo porque son obvias. Nadie necesita otra historia en la que "el sol salía cada mañana por el este y se ponía por el oeste, y la fuerza de la gravedad nos impedía a todos escurrirnos hacia el espacio". Eso pasa cada día: no es una historia. Si es algo que nadie necesita que le recuerdes, no necesitas tenerlo en tu historia.
Lo ideal sería que convirtieses la historia en algo que podrías estar soñando.
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