sábado, 24 de septiembre de 2011

áreas recreativas

si el mal no está fuera
Ve cómo se le acerca por detrás en el reflejo del espejo, y cómo se inclina hacia ella, mirándola con ansias.
- Hola, padre - eso es todo lo que consigue articular.
Acto seguido, él le coje toda la cabellera, recogiéndola como si fuese a hacer una cola, se desencaja la mandíbula y empieza a arrancársela a mordiscos. Se la come toda. Mientras, ella ve cómo se le desfigura la cara y se vuelve picasiana, pero sólo puede aceptar su castigo en silencio.

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