martes, 11 de noviembre de 2014

it all makes sense now

and it's your fault.
little shiny things for you
I miss you the way you say a puzzle is missing a piece.

Creo que la mejor forma de explicar cómo nos afectan las otras personas no es diciendo que nos "completan", sino que nos "reordenan". Que nos orientan. Y no porque no estemos incompletos. Se podría decir que somos todos un amasijo de trozos sin sentido, un matojo de partes desordenadas que se mantienen unidas sin ningún tipo de inercia u orden más que el hecho de que pertenecen a una misma unidad. Así, podríamos imaginar toda nuestra esencia como un conjunto de trozos dispares, de bordes afilados que no encajan. En esa línea, podríamos entender a las otras personas como un campo magnético que, cuando se acerca a nosotros, imantándonos, nos orienta y reordena de una forma única, y todos nuestros cachos y trizas se armonizan con una disposición concreta e irrepetible.

Nota del autor: Habría que tener en cuenta, pues, que cuando nos encontramos en un momento de excelente disposición interior, nunca es sólo por el efecto de un campo magnético. Eso sería realmente insólito. No hay en la literatura ningún caso de ese tipo descrito, hasta el momento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario